JUDITH LA INCOMODA
Alberto Hijar
El problema con Judith Reyes es que irrita a la
intelectualidad de abajo y a la izquierda mientras la derecha estatólatra la
ignora. No saben que hacer frente a una trabajadora de la cultura que renunció
a las glorias de la industria del espectáculo y optó por el periodismo, el
canto urgente y el apoyo solidario peligroso para denunciar injusticias lo
mismo en un lugar que en otro. Construyó la figura Judith Reyes a base de
rupturas, tanto con la pareja inicial del Dueto Alarcón, como con la XEW y sus
secuelas. “Parrandero de parranda larga larga la parranda que me traigo yo”
cantó Jorge Negrete y hasta en una película francesa se usó la canción de La
Tamaulipeca. Cuando muere Negrete en 1953, Judith ya andaba por Chihuahua para
meterse en la toma de tierras, la defensa de los bosques, las fregaderas de las
minas. El periódico Acción es un recurso necesario y en el estuvieron los
Montemayor, padre e hijo, Arturo Gamiz el dirigente del Ejercito Popular
Mexicano masacrado en 1965, dos ingenieros, un presbítero, en fin, la crema y
nata del lado del pueblo en lucha. Pero éste no estaba ahí al alcance de la
mano sino que había que construirlo como afirmara años después Lucio Cabañas:
“ser pueblo, hacer pueblo, estar con el pueblo”. De aquí en panfleto como
narración urgente, directa y sencilla, “la forma sin adornos” que Engels
recomendara en 1888 para el realismo sin cumplirle a la necesidad de no
evidenciar la posición política para obligar a la reflexión crítica. Canto
urgente, llamaron en Chile al acompañamiento musical de la Unidad Popular
trascendida como pueblo unido y la utopía del venceremos. Desde los sesenta, el
periodismo alimentó revistas y periódicos progresistas y contribuyó al aura de
la mujer de campo en acción.
La acción superó los limites de la reproducción
y valoración mercantiles, la de quienes cantan protestas con la intención de
demostrarlas en el Auditorio Nacional y ganar premios por la venta de discos
celebrado en las radios y televisoras de los explotadores. Judith cantó y
reporteo tomas de tierras, represiones, huelgas y movilizaciones por la
justicia, frecuentó la solidaridad con las organizaciones armadas y cultivó
relaciones con organizaciones político-militares de Colombia, Venezuela,
México, Palestina, Guatemala gracias a una disciplina distinta a las
celebraciones bohemias y las convivencias de la degeneración libertaria.
Judith es la cantora otra y de ahí el respeto
de todas y todos a su vida de persecuciones, cárceles, servicios
revolucionarios jamás regateados, exilios, presentaciones por si mismas
denunciantes por su tiempo y forma, todo lo cual la hizo vivir cercada por el
oportunismo y el temor de ofender a los funcionarios del Estado. Todas y todos
la respetaban, la Liga Independiente de Músicos y Artistas Revolucionarios de
los 80 proclamaba su autenticidad pero los quedabien con la industria del
espectáculo preferían alejarse de ella. Cuando la colección francesa Cantos del
Mundo le grabó un disco, el único dedicado a México, cuando llegaron las
noticias de sus exitosos conciertos con ilustres compañeros en Alemania e
Italia, respondió en silencio y el amor agradecido a los revolucionarios.
Las militancias de Judith aun son ostentadas
como prueba de inconsecuencia política: no podía defenderse a pueblos en lucha
con la Unión General de Obreros y Campesinos de México fundada por Lombardo
Toledano o viviendo en el Campamento 2 de octubre. Judith estuvo con el
comunismo tosco para transformarlo en pueblo en lucha desde dentro y afrontando
todos los riesgos, lo mismo el incendio de las casas del Campamento, que los
oportunismos de su dirigente Pancho de la Cruz que los limites de la UGOCM
negociando con el Estado. Judith estuvo todo el tiempo en esta lucha de
tendencias sin someterse al Estado porque sus reportajes, sus presentaciones
con el corrido del día y la hora, su discurso irónico y crítico, no eran gratos
para los dirigentes que lo toleraban sin aceptarlo. Cosas de la sensatez
logrera.
Por tanto, limitar el respeto a Judith Reyes
por consideraciones éticas individualistas, significa ponerla a la altura de
cualquier stars system de las que suele acentuarse su “compromiso consigo
mismas” (sic). La clave de la figura histórica de Judith esta en el título La
otra cara de la Patria. Cara oculta e ignorada urgida de panfletos denunciantes
más que de melcocha romanticona y victimísta, en esta hora en que “los restos
de Don Porfirio” están vivitos y coleando.
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