JOVEN ¿ME AFINA MI GUITARRA?
Fernando Morán
Nosotros apenas comenzábamos en la vida
artística, éramos unos jovencitos (teen agers les dicen por acá) y quién se iba
a imaginar que en una de las presentaciones nos encontráramos con una de las
grandes figuras de la canción rebelde. Sabíamos de ella por sus canciones, sus
corridos, sus crónicas, pero nada más teníamos la imagen, el mito de eso que no
estaba escrito pero se contaba en los círculos de las luchas populares adonde
acudíamos a cantar buscando con eso mostrar algunas enseñanzas cuando en
realidad nosotros éramos quién aprendíamos de ellas. En esa ocasión en las
escalinatas del foro buscábamos alguno de los organizadores del evento para
preguntar sobre nuestro turno y tiempo de participación nada más porque en esa
época nada de equipos de sonidos, monitores y demás (backstage o stage plot así
se le conoce ahora en el medio), la cosa es que uno de los grupos recién había
terminado su participación y uno de los organizadores se estaba aventando un
rollote (así como yo me lo estoy aventando en estos momentos) cuando escucho
que una voz me habla, volteo entonces y me quedo atónito (pendejo se le dice
aquí y en todas partes), si era ella, ni nada más ni nada menos que la leyenda,
tenía frente a mi a Judith Reyes, como todavía no se me quitaba lo aturdido (lo
gúey como se dice y que todavía no se me quita) sin poder decir una palabra, ni
siquiera un saludo de buenos días tartamudeando pensaba yo decirle “disculpe yo
no soy de los que está a cargo de este foro”, cuando me dice: “joven me afina
mi guitarra” entonces me mire a mi mismo y pensé que se dirigía a mi porque me
vio con una camisa como esta (no esta es de lujo, aquellas eran mas
corrientotas porque así eran nuestros primeros uniformes combinados con un
pantalón de mezclilla que era para lo único que nos alcanzaba) y como en ese
tiempo no existían los afinadores digitales (tunners se les dice) pues yo me
metía mas por los nervios las manos a las bolsas del pantalón en ves de buscar
mi silbatito que a veces cargábamos dizque para apantallar a los otros grupos,
cuando me repite las mismas palabras pero dándome su guitarra…
Ya después hubo otros encuentros como sucedió
en una huelga de obreros a los que acudimos a solidarizarnos y entonces veíamos
como después de su participación ella se acercaba a platicar con las mujeres de
los trabajadores y les ofrecía a cambio de una cooperación un cancionero que
había editado, esta vez la fui a saludar, apenado otra vez ya que durante
nuestra participación uno de nuestros compañeros al final tomo el micrófono y
sin habernos consultado previamente criticó a los artistas que vienen a vender
su mercancía en lugar de apoyar, entonces después del saludo y sin necesidad de
las disculpas ella me dijo “yo aquí les vengo a ofrecer algo que hable de la
realidad en vez de que malgasten los pocos centavitos en ‘Lagrimas y Risas’,
fotonovelas y demás cuentos de fantasías y falsedades”
En otra ocasión con gran sorpresa y alegría
acudimos a su casa ubicada en unos terrenos en el oriente de la ciudad de
México que fueron tomados por los colonos (cantegriles les dicen en Uruguay,
poblaciones les dicen en Chile) y que tras grandes enfrentamientos con la
policía, sufriendo de las más grandes represiones, encarcelamientos e incendios
lograron construir el Campamento 2 de Octubre. Y nuestra emoción se debía a que
habíamos sido invitados a compartir en una gira por el estado de Guerrero para
presentarnos en la defensa del proyecto Universidad Pueblo que impulsaba la
Universidad Autónoma de Guerrero. Y la emoción no solo era nuestra sino que era
de ella también, pero no porque le hiciéramos compañía sino porque aprovecharía
para encontrarse con su hija que residía y trabajaba por esos rumbos con esa
institución tan combativa y ejemplar por esos años. Si se iba a reencontrar con
su hija Magali, la misma que hoy esta aquí presente, lamentablemente en aquella
ocasión no nos la presentó, no sabemos si fue motivada por una madre protectora
que la quería alejar de unos greñudos y trasnochadores que se pasaron la noche
previa al concierto en los jardines y alberca del hotel cantando y bebiendo
como bohemios. Y en esa vez me comisionaron a mí para que fuese el edecán que
bajase de la camioneta y se dirigiese a su casa para ayudarle con sus cosas.
Entonces después de recibirme y de pedir que esperara sentado en el sillón por
unos momentos, yo recorrí de reojo las paredes y esta vez ya sin pena sino más
bien sarcástico le comente que estaba edificando una muy bonita casa, a lo que
ella rápidamente me respondió “para eso luchamos, para vivir dignamente, para
que salgamos de las pocilgas” y valga la pena decirles que su casa era tan
sencilla y tan igual a las demás que los colonos iban edificando, cambiando
poco a poco los techos de cartón, las paredes de láminas y a base de los
tequios y el apoyo mutuo iban cimentando primero con adobe y piedras para
posteriormente colocar ladrillos y cemento. Hace unos meses en una visita que
le hicimos a los compañeros del Grupo Tribu allá en la capital mexicana y que
viven cerca de esos rumbos y que en esos años apoyaron activamente a los
colonos, realizando incluso ahí mismo en el Campamento 2 de Octubre de
Iztacalco el Segundo Encuentro de la Canción Política en el año de 1979, David
uno de ellos quién amablemente ahora me transportaba me dijo al pasar por unas
calles muy cerca de torres de alta tensión “recuerdas estos rumbos” “pues no,
la verdad no” le contesté, “pues acabamos de pasar en medio del Campamento 2 de
Octubre” me respondio, en donde ahora si se ven casas más decentes de dos o
tres pisos…
Bueno no me quiero pasar toda la noche
hablando, así es que finalmente recuerdo que las últimas veces que la vi fue en
la compañía disquera en donde estaba trabajando, lamento que no se haya podido
reeditar su obra y de que ella grabase más canciones de las tantas que quedaron
pendientes. Y desde ese primer encuentro siempre me quede con la duda del
porque se acerco hacía mi pidiendo que le afinara la guitarra, no hubo
oportunidad para preguntárselo, hasta que hace unos años después otro gran
cantor León Chávez Teixeiro (al que conocemos todos) me dijo lo mismo “me
afinas mi guitarra” entonces llegó para mi esa respuesta y fue un día el tiempo
quién me la respondió: “es por la sencillez porque así es como se relacionan
los verdaderos artistas con su pueblo y no con la altivez que se les ve muy a
menudo a otros”. Yo me vine para acá por cosas del destino y a los dos meses
después, un 27 de diciembre de 1988, hace ya 22 años recibí la noticia de que
ella partió por otros rumbos, a veces se le escucha por Italia, otras en
Francia, otras en Sudamérica, esta noche se asomo por estas tierras de
California en este evento que compartimos con todos ustedes y que tenemos la
fortuna de contar con la presencia de su hija Magali Alarcón Reyes. Finalmente
nos cuentan que Judith Reyes regresará un día a México para cantar junto a su
pueblo el día de la liberación y entre verso y verso escucharemos con alegría
su “huya la patrulla”.
Gracias
Palabras durante los homenajes a Judith Reyes efectuados en la ciudad de Oxnard
y Hollister, California el 13 y 15 de Diciembre del 2010
y Hollister, California el 13 y 15 de Diciembre del 2010
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