domingo, 12 de septiembre de 2021

sábado, 17 de julio de 2021

IMAGENES FOTOGRAFICAS DE LA PEÑA MORELOS

 En el mes de Agosto de este año, se cumple el 45 Aniversario de la fundación de la Peña Morelos, que en realidad serían 47 años por la formación de la Peña Tepito que fue la antecesora. Por este motivo exponemos parte de mi archivo fotográfico. Las primeras fotos que corresponden al grupo TIICOMM fueron tomadas por mi padre Ignacio Morán García, las siguientes fotos corresponden a la IV Reunión Nacional de Trabajadores de la Cultura que se efectuó en la Peña Morelos en el mes de Mayo de 1982, y las ultimas fotos (de mi autoria) corresponden a la reunión de celebración del 40 Aniversario.


















































    

lunes, 5 de julio de 2021

LA PEÑA MORELOS en tres vistas

 

Conversaciones con Mauricio Castro, Cuauhtémoc García y Enrique Hernández

por Fernando Morán



De izquierda a derecha

FELIPE HERNANDEZ, BLANCA MONTAÑO, GUADALUPE HERNANDEZ, RODOLFO HERNANDEZ,

JAVIER MEJIA, CUAUHTEMOC GARCIA, MAURICIO CASTRO Y DIEGO CORNEJO

FOTO: CORTESIA ENRIQUE HERNANDEZ


PRIMERA PARTE: LOS INICIOS

En el mes de agosto de este 2011 se cumplen 35 años de la fundación de la Peña Morelos, en realidad serían por lo menos dos años más por los meses anteriores en que funciono como la Peña Tepito. La apertura de los espacios culturales alternativos tiene su origen en México en los inicios de los años 70’s con la influencia del boom de la música latinoamericana vía Europa, específicamente Francia, en donde tenían como centro de reunión las calles del Barrio Latino en Paris, exiliados, músicos y emigrantes sudamericanos. A diferencia de las demás peñas establecidas en México, la Peña Morelos tuvo un concepto diferente, principalmente por ser un foro abierto establecido en plena calle. ¿Qué fue lo que motivó a un grupo de jóvenes a emprender una labor de difusión en uno de los barrios céntricos más estereotipados de la Ciudad de México? Con esta y muchas cuestiones más nos dimos a la tarea de buscar a los amigos, cosa nada fácil pues con el transcurso del tiempo y las distancias geográficas no era fácil encontrarlos. Finalmente se dio y tenemos respuestas de su viva voz. Por la amplitud del tema seleccionamos a tres compañeros para que cada uno por separado nos diera una visión propia de su participación además por que pertenecían cada uno de ellos a uno de los grupos de trabajo internos o mejor conocidos como líneas.

Mauricio Castro y Fernando Morán


Fernando Morán: ¿Recuerdas los antecedentes a la fundación de la Peña Morelos?

Mauricio Castro: El antecedente fue la Peña Tepito, que también fue creado por algunos de los integrantes de la Peña Morelos, en el que participamos entre otros Diego Cornejo y yo. Tenía algunos años, como unos tres o cuatro radicando en el D.F. y me encontré con esta historia, llegué a la Colonia Morelos porque un hermano mío vendía calzado en un pequeño local por la calles de Florida y Costa Rica, ahí junto al local había un departamento y me ofreció que me fuera a vivir allí, yo trabajaba en la Secretaria de Comunicaciones porque esa era mi carrera. Me fui a vivir allí pues antes vivía en Tlatelolco.  Una tarde caminando por la calle de Florida me encuentro que en un patio había música latinoamericana, entré a escuchar pues me emociono mucho esa situación, aunque en realidad eran los músicos y como dos gentes, sin embargo la idea me pareció buena, pregunte quien había organizado eso, hable con la persona que organizo el asunto y le dije que a mí me gustaría participar en ese tipo de actividades. Me refirió a la calle de Vidal Alcocer en donde hay una Iglesia y un grupo de jóvenes que hacían actividades. “Porque mejor no vas allá, porque esto yo no lo hago todo el tiempo, esto es esporádico y no lo hago regularmente”. Entonces me acerque a ese espacio, pero sucede que se había retirado un Padre muy progresista (1) que había estado en la zona y que había dejado una semilla muy interesante en toda la comunidad: un grupo de ancianos, un grupo de trabajo con las comunidades marginales de Hidalgo, porque en la Colonia Morelos era un barrio zapatero mucha gente antes trabajaba fabricando calzado y algunos de ellos fueron al Valle del Mezquital a enseñar a los indígenas a hacer huaraches y a buscar formas de sustento y de aprender algún oficio, había creado un periódico, había hecho una telesecundaria, una preparatoria, una biblioteca, en fin una serie de actividades que había fomentado y creado con la comunidad y que estaban ahí un poquito partiendo, empezando a  preguntarse qué pasaba con nosotros adónde vamos a ir sin esa guía que había creado ese proyecto. Los jóvenes estaban en ese edificio también, yo los vi en una biblioteca que estaba a un lado de la Iglesia, pero se veía igual, que estaban en el cotorreo y jugando, yo les preguntaba ¿Cuál es el plan de esto, que hacían antes, que quieren hacer o adonde quieren ir? Ellos me platicaron algunas cosas, yo en lo personal trate de impulsar que se rescataran esas actividades que se estaban haciendo y otras cosas más dentro de la Iglesia, algunos grupos de música tocaban ahí. Una cosa que recuerdo fue que invite a Elena Poniatowska y ella fue con un grupo de gentes mayores que se reunía, ellos le plantearon que por qué no se integraba al grupo y obviamente les dijo ella que “esa no es mi labor, yo soy escritora y yo no podría venir con ustedes aquí para estarlos orientándolos o conviviendo con ustedes” Como este caso ocurrieron muchos, había otro grupo que estaba en otra calle de por ahí, que se reunían y también fueron otras gentes a platicar y a convivir con los vecinos, sobre todo grupos más sólidos donde había un poco más de fuerza y de gente que los representaba. Hasta que el nuevo Padre corto la posibilidad de continuar con estas ideas. Después conocí a otro grupo que estaba trabajando en el centro de Tepito muy ligado también a la Iglesia (2), fui allí y conocí a otros jóvenes, empecé a vincularme con ellos, allí conocí a Diego Cornejo, él era de los de avanzada, de tal forma que lo que proponía yo, él estaba muy de acuerdo con eso y empezamos a caminar juntos, empezamos a mover cosas, algunos chavos también se interesaron. En el patio de la misma vecindad, que era un patio muy grande con una escalera en el medio, presentábamos a los grupos que invitábamos, eso fue un buen rato se formó un trabajo muy interesante, tan solo con la presencia de los vecinos ya era más que suficiente, pero ahí estaba gente de la zona que también iba y escuchaba música particularmente latinoamericana. ¿Por qué esta música? porque de pronto a mí en lo personal me empezaba a llamar la atención que hubiera letras en función de reivindicar circunstancias sociales y que todo esto venía por lo que estaba sucediendo en el sur del continente y que estaba dejando a la gente muy marcada y la estaba lastimando. Igualmente me sorprendió en Tepito y en la Morelos el oír una música de excelente calidad que yo no conocía, yo venía de Veracruz oyendo música comercial muy mala, con un tinte tropical pero de una calidad pésima, de un trabajo muy elemental, muy primario. Entonces cuando yo descubro que hay grupos que hacen música afroantillana diciendo cosas, pero muy fina, muy trabajada, con unos arreglos de una alta calidad y que la gente de la Morelos los escuchaba y los bailaba tremendamente, pues yo aprendí mucho de ahí también. El darme cuenta de que había no solo música folklórica latinoamericana sino también la música tropical, la salsa, en fin una serie de músicos que venían particularmente de Puerto Rico, que estaban pegados al nacionalismo puertorriqueño y estaban creando música en ese sentido. También de pronto empezamos a ir a una peña que estaba en la Colonia Roma, que se llama la Peña Tecuicanime, donde estaba el dueto de Anthar y Margarita. Ahí les pedimos que nos echaran la mano para intentar hacer algo parecido en la Morelos conservando las diferencias del concepto, nos conectaron con algunos grupos. Esto vino cuando ya estábamos de salida con la Peña Tepito porque empezaron haber problemas por la gente que invitábamos. Un señor que estaba con ese grupo originalmente, que seguía estando allí porque era su casa, como que le empezó a disgustar lo que estábamos haciendo y porque él estaba muy vinculado con la Iglesia. Entonces hubo que buscar otros espacios y nos fuimos a varias calles, a realizar algo así como pequeñitos festivales, para ver donde encontrábamos hospedaje para hacer el espacio, finalmente a partir de que nos poníamos a ensayar música latinoamericana en la calle de Labradores en donde yo vivía, nos vino la idea de que hiciéramos una peñita allí cerquita con el apoyo de la gente que nos iba a ver ensayar y que eran dos o tres personas que les gustaba la música y se interesaban en que también fuera cerca de su casa en donde empezara todo esto. De tal forma que empezamos con unos tambos y unas tablas encima en la banqueta misma., allí se presentó Eugenia León con su hermana cuando eran parte del Grupo Víctor Jara. Llegaron más integrantes, se fueron acercando personas y desarrollamos ese concepto. Yo dejé de estar en el grupo de música porque me di cuenta de que lo a que a mí me interesaba no era estar cantando sino promover y organizar cosas en este ambiente. Cada uno tomó su lugar y así fueron los orígenes.

 

Cuauhtémoc García y Fernando Morán


Fernando Morán: ¿Cómo es que llegan a la Peña Tepito o la Peña Morelos?

Cuauhtémoc García: Yo llegue porque vivía en la calles de Argentina y Nicaragua, en una de las vecindades de allí, habíamos formado un grupo de teatro para las vecindades con amigos que vivían también allí mismo y con otra gentes que eran de la Normal de Maestros. Entonces nosotros organizábamos funciones de teatro en las vecindades y a donde nos invitaran, sobre todo en la época de las vacaciones de la escuela Julio, Agosto y en Diciembre. Nuestro teatro trataba de tener cierto mensaje social, pero básicamente era un teatro escolar, porque el director del grupo era estudiante de la Normal de Maestros y entonces un poco era poner en práctica sus teorías, sus clases de teatro que tenía allí en la escuela. Normalmente lo que montábamos en diciembre era las Pastorelas, uno pensaba que tenía crítica social básicamente con el juego entre el bien y el mal y la cuestión de los antagonismos entre el diablo y los ángeles, como una pastorela tradicional actualizada a nuestro tiempo pero no un teatro estrictamente político. Y resulta ser que por medio de alguna presentación que tuvimos en una vecindad conocimos a Mario Puga y él nos invitó a presentarnos en la Peña Tepito que estaba en la calle de Bartolomé de la Casas número 13. Resulta ser que a mí se me hizo atractiva la propuesta y después fui como público a escuchar una conferencia de Naranjo, que es de los mejores caricaturistas que hay en México, de los más críticos y de los más lucidos, entonces conocí más o menos como era la cuestión. Después iba cada sábado o cada vez que podía, conocí a Diego, a Mauricio y a otros compañeros que estaban allí. la Peña Tepito era un conglomerado de grupos, porque iban el grupo Tepito Arte Acá, el grupo Emaús que era un grupo que había surgido del atrio de la Iglesia, la  persona que prestaba el local que también era afín con la cuestión religiosa y gente joven que formaba parte de la comunidad, también iba Armando Ramírez que formaba parte del grupo Tepito Arte Acá, él no vivía allí pero su abuela o alguno de sus familiares si y también asistía de vez en cuando a La Peña Tepito, entonces allí nos conocimos. Después hubo un conflicto una vez que se presentó un grupo del CLETA (3) y obviamente ellos tenían una crítica hacia la Iglesia, al grupo de la parroquia no le gusto el contenido de la obra y empezaron a tener problemas, diferencias ideológicas y hasta que vino un rompimiento con la gente de la comunidad. Entonces a propuesta de Mauricio y de Diego principalmente se intentó hacer el trabajo en otro lugar de la colonia, pero con un esquema ideológicamente más definido y a mí me invitaron a que participara con ellos ya como integrante de la Peña Morelos. Así fue la relación con los compañeros porque yo siempre estuve involucrado a participar, pues en principio como que me gustaba la cuestión artística, obviamente yo tenía una concepción, posiblemente ya desde la secundaria, tenía una posición más o menos crítica y entonces yo veía que la cuestión artística era un buen vehículo, bueno en esa época pensábamos, para concientizar a la comunidad. Ya había una cierta responsabilidad y más bien era el gusto por estar haciendo actividades, desde antes ya estaba comprometido con el grupo de teatro, ya estaba comprometido con la comunidad. No había ningún problema en ese sentido, creo que eso se pudo dilucidar y lograr la identidad con la Peña Tepito. Entre otros antecedentes por ejemplo son la peña El Mosco Pasa, que se ubicaba en la colonia Ex-Hipódromo de Peralvillo, a la que yo algunas veces asistí por casualidad, no porque tuviera mucha conciencia del evento artístico cultural que representaba, sino porque se me hacía novedoso que en el garaje de una casa se presentaran grupos a tocar y con la entrada libre. Además era como la parodia de una peña comercial que estaba en San Angel y que se llamaba la peña El Cóndor Pasa. La gente que fundamos la Peña Morelos una de las ventajas que teníamos al formar la organización era que ya teníamos una identidad ideológica y ya no teníamos el problema de tener que estar discutiendo o cuestionando el papel del arte, o cual tipo de grupo se tenía que presentar o cual iba a ser nuestra manera de ver la cuestión artística o cultural, eso ya lo teníamos sino definido teóricamente si como por instinto de un trabajo comprometido con la cuestión de la simpatía por la izquierda. Entonces ya no pasamos por un proyecto de depuración o de discusión para poder entrar el enfoque porque ya llevábamos la idea muy clara de lo que queríamos hacer. La cosa es que la Peña Morelos no se ubicó en un inicio en la calle de Labradores sino que anduvimos varios meses, me atrevería a decir años, rondando por diferentes espacios. Primero estuvimos, bueno en los lugares que yo me acuerdo, en la Universidad Obrera Vicente Lombardo Toledano, en San Idelfonso, después estuvimos en el Mercado Abelardo Rodríguez, en el Centro de Integración Juvenil que era un espacio en donde se empezaban a atender problemas de drogadicción, después de allí fuimos a dar a algunas de las calles de la Colonia Morelos, por ultimo nos quedamos en la calle de Labradores porque había unos jóvenes que eran miembros de la colonia y eran vecinos de allí y que nos pidieron que fuéramos a presentar un espectáculo a su cuadra y ya con el apoyo de la gente sobre todo de una de las vecindades pudimos establecer nuestra base de operaciones de una manera más sedentaria, el proceso fue largo, no llegamos a integrarnos directamente a la comunidad sino fue un proceso que nos tardó algún tiempo en hacerlo.

Fernando Morán y Enrique Hernández

Fernando Morán: ¿Enrique, tu llegaste a la Peña Tepito o la Peña Morelos?

Enrique Hernández: Yo llego a la Peña Morelos a mediados de 1976. Estaba estudiando en el Colegio de Bachilleres y ahí un compañero quien también estaba interesado en aprender la música andina que en ese momento estaba llegando por influencia de los sudamericanos. El me invita porque vivía cerca de la zona centro en donde se encontraba el Mercado Abelardo Rodríguez y me comenta que ahí en el mercado tocaban grupos y estaban dando clases de música andina. Para ese momento ni siquiera teníamos la referencia que era un grupo cultural quien organizaba estos eventos, que tenían un cine-club y no sé qué otras actividades más que se hacían ahí. Así es que me invita para que vayamos para allá y que nos enseñen a tocar, nos acercamos a solicitarles que nos gustaría aprender y resulta que casi inmediatamente en que nos acercamos con ellos inició lo que le llamaban la Peña Morelos, se empiezan a reunir en la casa de Mauricio Castro que estaba en la calle de Labradores, es ahí en donde a nosotros nos hacen la invitación “bueno, que si nos podían enseñar y que iba a ver una reunión en la calle de Labradores”. Ese fue como el primer acercamiento a la Peña Morelos, pero ya en ese momento cuando nosotros llegamos era porque ellos estaban saliendo del Mercado Abelardo Rodríguez por algunas situaciones de censura, de hecho nosotros llegamos casi en el momento en que tenían un pie fuera y ya las reuniones fueron en la casa de Mauricio. En ese tiempo había un grupo de teatro en el que participaban si no mal recuerdo Cuauhtémoc, Diego, Sara la hermana de Diego, Cesar y varios compañeros que posteriormente se distanciaron de la peña, también estaba un grupo musical que daba inicio y que se llamaba el Grupo Tepito, que en esa primera reunión en que vamos nosotros nos invitan al grupo, porque yo medio tocaba la guitarra, nos invitan a que nos integremos al grupo y allí nos van a ir enseñando. Resulta que el otro compañero después de unas cuantas asistencias dejo de ir y yo permanecí en la peña. Esa fue la forma y el motivo por el cual llegue a la peña. Yo reconozco a la gente de los inicios a Cuauhtémoc García, Mauricio Castro, Diego Cornejo, Sara Cornejo, Cesar Luna y otro compañero de nombre Samuel, el director musical del grupo que por cierto era quien nos daba clases para la cuestión de las voces de ahí fue que posteriormente a casi todos los que estuvimos ahí en ese grupo nos llamó mucho la atención del manejo de voces. De hecho el Grupo Tepito muchas de las canciones del material que se montaban eran canciones del Inti Illimani y del Quilapayún donde hacían uso de voces. Samuel tenía conocimientos musicales y él era el que nos decía “tu haz esta voz y tu haz esta otra” a partir de ese momento nosotros empezamos a usar las cuerdas vocales, no siempre la primera y segunda solamente, sino hacíamos varias voces en ese grupo. En ese momento cuando salen del Mercado Abelardo Rodríguez, el colectivo ya como la Peña Morelos se propone por dos actividades: una que es la producción de la música y del teatro. El Grupo Tepito empieza a tomar como más forma y a tener mayor trabajo, porque lo que se decide de este colectivo de música y de teatro es hacer presentaciones y casi la mayoría de su trabajo de presentaciones era en las universidades y uno de los foros que tuvimos principalmente fue la Universidad Obrera Vicente Lombardo Toledano. Normalmente era ahí en donde nos permitían un espacio para presentar obras de teatro, el grupo de música, se integra otro grupo de música sudamericana que es el Grupo Quiche que era un grupo más apegado a las zampoñas, quenas y charango. El Grupo Tepito tenía un corte más al estilo Carlos Puebla, Inti Illimani, Quilapayún, incluso recuerdo que montamos algunas canciones de José de Molina. Ese fue un proceso, más o menos por medio año, en que se estuvo trabajando en presentaciones y eventos en universidades, de ahí vienen algunas invitaciones posteriores para hacer eventos en la calle, en la zona muy cercana a Tepito que eran en la parte de la Morelos. Se hicieron eventos en las calles de Jardineros, Imprenta Mecánicos, Carpintería, etc., pero eran como itinerantes porque andábamos así como “nos invitaron a tocar en la calle de…” hasta que hay una invitación por ahí de parte de Pancho Hernández, Lalo Macedo y Juan, de quien no recuerdo el apellido, a estar en la calle de Labradores. Y es cuando empezamos hacer el primer trabajo en Labradores 97, ahí pusimos algunos unos tambos, un pequeño entablado para los eventos que se presentaban y de allí arranco, como que teníamos más cobertura en ese espacio. El Grupo Tepito siguió tocando hasta que posteriormente se da un taller de música.                                                                                                            

Fernando Morán

Agosto 2011

California

 Las otras fotografías son selfies tomadas por el autor en el año 2016 durante la reunón de celabración del 40 Aniversario de la Peña Morelos.

(1) El padre Federico Loos de la Parroquia de la Divina Institución

(2) El grupo Emaús de la Iglesia de San Francisco de Asís

(3) Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística.