domingo, 23 de septiembre de 2018

OSCAR CHAVEZ EN BELLAS ARTES 1973


OSCAR CHAVEZ EN BELLAS ARTES
Los días 25, 27 y 30 de septiembre de 1973, hace ya 45 años, se realizaron 3 conciertos de Oscar Chávez en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
En ese mismo año se presentaron en ese recinto diferentes artistas de Latinoamerica y España entre ellos Mercedes Sosa, Paco Ibañez, María Dolores Pradera, Facundo Cabral y Atahualpa Yupanqui. Días previos a los recitales de Oscar Chávez se había presentado Mikis Teodorakis. Un año antes, en 1972, Los Folkloristas iniciaron una temporada anual que duro hasta 1976 y con los ingresos obtenidos en 1972 editaron dos discos y pudieron establecer su propia compañia disquera: Discos Pueblo.
Oscar Chávez se presento acompañado de Benjamín "Chamín" Correa y de Mario Ardila. En dichos conciertos Oscar Chávez interpretó "A Salvador Allende" la recien composición dedicada a Salvador Allende el Presidente de Chile asesinado durante el golpe de Estado. Discos Polydor edito en ese mismo año un album doble que contiene canciones grabadas en vivo durante los recitales.
Hace años este disco doble fue reeditado en formato de disco compacto tanto en un disco doble como en dos discos separados. Yo conservaba en dos casetes estos recitales, puesto que se extraviaron la mayoria de mis discos de Oscar Chávez. Hace algunos meses recibi de regalo el disco doble de larga duración.





martes, 11 de septiembre de 2018

PRESENTACIÓN DEL LIBRO EL CANTOR CON EL SOL EN EL SOMBRERO DE JORGE GASCA SALAS por Jorge Velasco


Agradezco a mi tocayo Jorge Gasca la invitación para presentar este extraordinario libro sobre la vida y la obra de León Chávez Teixeiro, “El cantor con el sol en el sombrero.” Y digo extraordinario porque el estudio del trabajo estético político desarrollado por los cantores populares dentro de los movimientos sociales en la sociedad mexicana de los últimos cincuenta años es un tema que no ha estado en la agenda de los investigadores. Existen crónicas, entrevistas, artículos en diarios y revistas; pero son pocos los estudios sistematizados con metodologías de análisis adecuadas para el estudio de las ciencias sociales y las humanidades, apoyados en una sólida etnografía que respalde los resultados de la investigación.
A través de la historia de México la música y la canción han sido instrumentos utilizados por los sectores subalternos para expresar su inconformidad ante la situación de dominio que viven y para proyectar sus anhelos y necesidad de transformación social. Un claro ejemplo de esta música de resistencia es el corrido, cuya presencia a partir de la Revolución se encuentra fuertemente asociada en el imaginario colectivo a la historia de las luchas populares campesinas, hasta convertirse en un símbolo metonímico de las mismas.
Vemos así que desde el movimiento estudiantil de 1968 hasta la época actual, los corridos acompañan las diversas movilizaciones sociales, como el levantamiento indígena zapatista en Chiapas, los movimientos estudiantiles como el “Yo soy 132”, el movimiento urbano popular por demanda de vivienda y servicios, las movilizaciones de los electricistas del SME ante la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, las protestas de los maestros contra la Reforma Educativa y los reclamos por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, entre otros movimientos sociales. En estos corridos aparecen símbolos que refieren a la lucha contra el mal gobierno y por la democracia; así como por la tierra, la justicia y la libertad, presentes en los corridos revolucionarios. Corridos y canciones compuestas tanto por participantes de los movimientos como una forma de expresar musicalmente los acontecimientos vividos, como también por artistas que desde fuera del movimiento se vinculan a los grupos sociales en lucha ofreciendo sus composiciones como parte de los elementos que conforman la cultural inmaterial y el imaginario político de la movilización, haciendo frente al control ideológico de los grupos dominantes.
León Chávez Teixeiro es un cantautor que ha estado presente con su canto en los movimientos sociales de la sociedad mexicana desde el movimiento estudiantil de 1968 hasta las actuales movilizaciones del siglo XXI, empleando una fusión de géneros musicales orientados más hacia el rock, blues y folk, que hacia géneros tradicionales, aunque como señala Jorge Gasca, una de sus primeras canciones “Amigo Ven” compuesta antes de la ocupación de la plancha del zócalo por los estudiantes en 1968  se canta a ritmo de son (abajeño).
Es importante destacar como  bien señala el autor que: “La gran mayoría de las canciones de León son canciones para la toma de conciencia, llamados a reflexionar sobre la explotación, la desigualdad social, a través de viñetas que retratan la pobreza y la miseria de los trabajadores, principalmente urbanos, que potencialmente podrían convertirse en gente politizada y en lucha, en el trabajo y en sus barrios pobres, en los que a pesar de la adversidad (y aquí Jorge ilustra esta situación con parte de la letra de una de las canciones emblemáticas de León, “Mujer, se va la vida compañera) le “dan la vuelta a la cerradura” después de “hablar de los camiones y del patrón, de reírse juntos y platicar”, coronando la vida cotidiana, “jugando con su ternura” y “ocultando todos sus males”, aunque sea temporalmente, como modos alternos -sin duda- de su “existencia en ruptura” de esas burbujas en libertad que los seres humanos abren en su vida cotidiana.”
Señala el autor en las primeras líneas de esta obra que su intención al escribirla obedece a una necesidad histórica de “reconocer y resaltar la trascendencia de León Chávez Teixeiro como fundador de una corriente estético-política impulsora de una cultura alternativa que hay que enaltecer, preservar y continuar.” Podemos decir en otras palabras, ahora que está de moda patrimonializar diversas expresiones culturales del país con un trasfondo más político y turístico comercial; que de verdadero rescate y protección de estas expresiones culturales, como el mariachi, el día de muertos, la pirekua, etc. podemos decir que la obra artística de León tanto musical como pictórica constituye un patrimonio musical en resistencia de las clases subalternas de la sociedad mexicana que debe ser analizado, protegido y difundido. Un patrimonio que muestra la otra cara de la moneda del neoliberalismo actual, la “Otra cara de la patria”, como diría nuestra querida y añorada Judith Reyes, compañera de León en el canto revolucionario y creadora de una auténtica cronista musical del movimiento estudiantil de 1968 quien fuera encarcelada y exiliada por su canto comprometido.
En este sentido, al hablar de un canto comprometido con el momento histórico en el cual surge, Gasca destaca la necesidad de vincular la historia de la música popular en México con la historia político social; propuesta que hace tiempo había planteado Ricardo Pérez Montfort en un encuentro sobre el canto nuevo en los años ochenta y que no ha sido suficientemente desarrollada. De ahí el compromiso que músicos e investigadores debemos asumir para escribir esta historia política y social de la música en la sociedad mexicana.
Por otra parte, en una de sus primeras frases sobre la intención de la obra, Jorge Gasca señala en el prólogo que: “…Nos interesa dejar constancia, para la memoria musical de aquellos sectores de la población que han abrazado esto a lo que se llama izquierda en México, dejando también evidencia de que la posibilidad de una cultura alternativa es factible”. Esto habla de igual forma de la necesidad de mantener viva la memoria colectiva, en este caso la memoria musical de lo que ha sido el trabajo sonoro de artistas comprometidos con su momento histórico. Una memoria que aflora en las diversas movilizaciones sociales y que se hace presente junto con las nuevas canciones y parodias que surgen al calor de las movilizaciones creando como hemos señalado una identidad e imaginario colectivo que da fuerza y cohesión a los movilizados, al mismo tiempo que expone sus demandas y deconstruye el discurso oficial.
Hablamos aquí de la empresa estético política de un canto de una gran tribu, sustantivo que me permito emplear solo para destacar los rasgos de solidaridad y acción colectiva que implica el término, hablamos de la obra de un conglomerado de trabajadores de la cultura que, afinando y entonando las armas del recuerdo y la memoria, enfrentan con su canto épico una heroica batalla contra el olvido neoliberal que con sus cantos de sirenas diseñados en el escritorio de la mercadotecnia pretenden controlar las mentes de aquellos que emprenden la Odisea de navegar en búsqueda de la utopía.
Esa utopía que como bien señala Jorge Gazca es alumbrada por el “radicalismo” de León Chávez Teixeiro, esa utopía que señala el autor “…no concebimos como la búsqueda de un “sueño imposible” sino, por el contrario, como la construcción concreta de una realidad alternativa, es decir la cara iluminada de la utopía.” En términos del filósofo y antropólogo Esteban Krotz, se trata de la utopía entendida no como un simple optimismo o fantasía arbitraria, sino como el espacio donde se anticipa lo nuevo, donde se ensaya la posibilidad de una sociedad nueva, libre de toda opresión a la dignidad humana.
Asimismo es de destacar el laborioso trabajo que realiza el autor, de exponer la situación económica, política, social y cultural mundial y nacional a través de la historia tejiendo esos hilos con el tejido propio de la vida de León, permitiéndonos entender las profundas motivaciones e intereses que moldean el trabajo estético político de León, que pasa de una etapa formativa política y estética en su experiencia de vida comunal a la etapa militante después del 68. Un tránsito de León y sus compañeros de la comuna de Santa María la Rivera que recorren los caminos que los llevan de la socialidad artística, a la socialidad política y de ahí a la militancia partidista en el Partido del Proletariado Mexicano.
Solo un tema me gustaría poner en la mesa de discusión, después de recorrer las líneas donde Jorge Gazca desmenuza detalladamente las diferencias entre canción de reflexión política, de denuncia, de combate o contingente y de utopía y esperanza. Este tema es el de la pertinencia del término “canto proletario” que si bien destaca al sujeto revolucionario postulado por la teoría del comunismo científico, en el presente siglo, con el surgimiento de múltiples movimientos sociales como lo son los movimientos estudiantiles, indígenas, ecologistas, feministas, etc. con demandas muy particulares que se articulan con las demandas ancestrales del proletariado y el campesinado; no sería más pertinente hablar de un “canto de resistencia” al neoliberalismo, un canto que resiste y se opone a la múltiples formas de dominación del capital en su etapa actual neoliberal, con esto quiero señalar que la discusión comienza para construir esta historia, y esto es algo alentador pues se le da su justo lugar a la cultura alternativa de los sectores subalternos de la sociedad mexicana.
Finalmente, felicito a mi tocayo por esta extensa y profunda investigación que nos invita a acercarnos a la obra de León Chávez Teixeiro, obra cuyos sonidos, letras, formas y colores plasmados en canciones y pinturas, nos muestran la cotidianidad de las clases trabajadoras de la sociedad mexicana, para entender el pasado, el presente y el futuro de la revolución comunista, de la transformación social, de la incansable búsqueda de la utopía deseada, que hoy más que nunca se ve más cercana por la esperanza que renace en los corazones y la conciencia de millones de mexicanos con el nuevo gobierno elegido y con el enorme trabajo y compromiso que nos espera a cada uno de nosotros  que deseamos un mundo mejor, en donde como dice la canción de Roberto González, la libertad se adueñe de la Tierra, “...libertad mi libertad ven y toma mi ciudad”.  Y así como en su momento otro destacado cantautor del canto de la tribu Jaime López señaló que “Por mi raza hablará el Piporro”, podemos decir que a través de las líneas de este deslumbrante libro de Jorge Gazca se escucha el rugido revolucionario de León… Muchas gracias.
Septiembre 2018
Jorge Velasco