Había que concretar la permanencia en la lucha para dar sentido a una
tocada colectiva. Fue el nombre de Álvaro Guzmán el constructor del acuerdo
para un concierto de celebración de su existencia discreta. No hubo manera de
conseguir pinturas y dibujos como el de la portada de un disco de León Chávez
Teixeiro con quien compuso canciones a los trabajadores, la ciudad sucia, la
mujer en chinga constante, mariposa también cuando puede volar suave, las biografías
de los hartos. Los convocados respondieron puntuales en el Museo de las
Culturas Populares en Coyoacán, enero de 2012: Briseño con su enorme calidad,
Catana y el recuerdo de los primeros pasos rockeros, Manolo Rodríguez el cantor
a capella practicante del más con menos, Roberto González y su hija vueltos
clásicos por los de abajo y a la izquierda, Macondo y su canto urbano, Paco
Barrios, el muy querido y festivo Mastuerzo y los Jijos del Maiz de todas las
movilizaciones populares, José Antonio Peralta recordando los orígenes de los
urgidos de cantarle al barrio, a la calle, al taller, a la movilización,
Barricada Sur como prueba reproductiva del Salario Mínimo Histórico en pleno
ascenso orquestal, León Chávez Teixeiro a quien canta conmovido lo mismo que
compusieron y sigue activo, Arturo López, Pio y su cineamano acompañando la
imagen de la vecindad, el cuarto, las vías del tren y los cables de luz, el
rostro fiero. Calidad es respeto al pueblo, afirma el Che y los músicos del
pueblo encuentran en Álvaro el ejemplo musical a seguir.
La épica de los humildes y despreciados por el poder burgués, está en el
canto de quienes permanecen muy activos en los espacios ignorados por la
industria del espectáculo y sus ñoñerías. Brecht clama por un monumento al
trabajador o trabajadora desconocidos y productores de toda la riqueza social,
a los que van y vienen malcomidos, malvestidos, en transportes incomodos, con
la salud deteriorada, con la familia rota por los turnos y las prisas,
cumpliendo puntuales las jornadas implacables. Una conmovedora poética los
significa pese a ser desconocida para ellos.
Desperdigados y viviendo al día, los cantores del pueblo en lucha no
tienen historia. Si a caso alguno de ellos dicta sus memorias o un investigador
decide ver de donde vienen y a donde llegan. De vez en cuando comparten
escenario y equipo, se reconocen en el compañero, en su ritmo, critican la
tendencia en la que procuran identidad, abrazan al compañero y no planifican
sino el seguir y seguir porque las organizaciones del pueblo en lucha los
demandan, los necesitan. Quedan en cambio las grabaciones, los videos, las
fotos, los discos sin marca transnacional, he ahí su historia no documentada y
a la espera de organización.
La emulación, ese recurso socialista de reconocer a los mejores para
seguir su ejemplo, requiere encuentros, coloquios, presentaciones, discusiones
críticas. Los músicos del pueblo reconocen a sus estrellas, los músicos, los
cantores y los técnicos que en ocasiones son uno y el mismo renegando de la
división del trabajo capitalista. De aquí las escuelas, los talleres para
formar y reproducir estas excelencias. Habrá que impulsar un Taller Álvaro
Guzmán que año con año tenga presente su maestría para difundirla y reproducirla
como parte de la historia por construir. Superar el anarquismo primitivo hostil
a toda organización, tendría que ser el resultado de esa construcción.
2013: treinta y cinco años de Salario Mínimo, 25 del Frente Popular
Francisco Villa Independiente-Unión Nacional de Organizaciones Populares
Independientes, 25 de la Escuela de Cultura Popular “Mártires del 68”. Si
Álvaro Guzmán fue la clave para un concierto pletórico de calidez, ahora son
los años compartidos y la construcción del futuro lo que habría que
reivindicar. Arrímate al campesino, al obrero, al estudiante, es consigna
urgente. Ya veremos, oiremos, discutiremos sin resignarnos al olvido y el
desinterés y con la responsabilidad constructora del poder que todavía no
cuaja. Adelante compañeros que acabamos de empezar como decían unos sandinistas
traicionados. Traiciones, derrotas, triunfos efímeros, programas por cumplir,
ejemplos heroicos están por discutirse.
Alberto Híjar Serrano
Enero 2013
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