LA CRUZ DE LA NUEVA CANCION
Fernando Morán
Desde que se empezó a teorizar acerca de la
Nueva Canción se hablaba que esta tenía su principal raíz en la música
folklórica. En febrero de 1963 un grupo de artistas argentinos, entre los que
se encontraban entre otros Mercedes Sosa y Armando Tejada Gómez, dan a conocer
el Manifiesto del Movimiento del Nuevo Cancionero. En 1969 se efectuó el Primer
Festival de la Nueva Canción Chilena con el auspicio de la Vicerrectoría de
Comunicaciones de la Universidad Católica a iniciativa de Ricardo García. En
dicho festival salieron triunfadoras en un empate las canciones “La Chilenera”
de Richard Rojas y “Plegaria a un Labrador” de Víctor Jara. A partir de esto
queda etiquetado el nombre de Nueva Canción que viene a englobar los distintos
nombres que se le daban con anterioridad como son la Canción Política (con sus
festivales en la extinta Alemania Democrática), la Canción Protesta (con sus
festivales en Cuba) y muchos títulos más como son: Canción Social, Canción
Contingente, Canción Revolucionaria, Canción Testimonial, etc., hasta llegar a
la Trova como se le conoce hoy en día. En tiempos de la dictadura en Chile,
Ricardo García, renombra y registra a este tipo de canción como Canto Nuevo al
que ya acceden más géneros musicales como el Jazz y el Rock. En 1982 se efectúa
en la Ciudad de México el Primer Festival de la Nueva canción Latinoamericana,
realizándose posteriormente el Segundo en 1983 en Managua, Nicaragua y en 1984
el Tercero en Quito, Ecuador.
Si se habla y acepta que la raíz de este canto
proviene de la música folklórica y tradicional entonces se acepta que contiene
un alto sentido religioso, pues en su mayoría los cantos surgidos posteriores a
la conquista, a pesar de que en un inicio fueron prohibidos y satanizados por
paganos, servirán para las celebraciones de las fiestas religiosas. En México
la prueba de ello es que hasta en la actualidad continúan los Concheros y
Danzas de Conquista y que decir de infinidad de sones y cantos tradicionales
que son parte de las fiestas patronales. En Perú, Ecuador y Bolivia la música
conocida como andina es fuente principal de los carnavales. Al ser prohibidos
los instrumentos musicales de origen prehispánico y ser impuestos los
instrumentos de cuerda europeos, surgen nuevos instrumentos como la concha y el
charango. Este último esencial en los grupos de la nueva canción de los años
70’s. Precisamente en 1964 el músico argentino Ariel Ramírez compone la “Misa
Criolla” utilizando ritmos y formas musicales folklóricas, utilizando la obra
la misma estructura de la misa católica. En 1980 nuevamente hará otra obra
titulada “Misa por la Paz y la Justicia” en el que recurre a textos y oraciones
del misal romano destinados a la liturgia. La “Misa Criolla” originalmente
grabada por Los Fronterizos, algunos solistas como Jaime Torres y Luis Amaya
además de un coro y orquesta, tuvo gran éxito, aceptación y hasta catalogada
por el Vaticano. Siendo posteriormente interpretada y grabada por diferentes
artistas como Los Calchakis, Los Folkloristas, el tenor José Carreras y otros.
En 1961 la chilena Violeta Parra graba en
Argentina un disco que no se edito porque la canción “Por que los pobres no
tienen” fue censurada, en 1965 se publica en Chile el disco “Recordando a Chile”
(Violeta Parra una chilena en Paris) en donde graba la canción “Julián Grimau”
o “Que dirá el Santo Padre” en una segunda versión. Desde que graba su primer
disco “El folklore de Chile” en 1957 hay en su labor recopilatoria canciones
populares chilenas como “El Sacristán y versos por la Sagrada Escritura”, en el
segundo volumen en 1958 graba “Viva Dios”, “Viva la Virgen María” o “Parabienes
a los Novios”. Ya en la discografía post mortem se encuentra en el disco “Canciones
Encontradas en Paris” editado en 1971 la canción “Ayúdame Valentina” o “Que
Vamos Hacer”. En 1966 el chileno Víctor Jara graba su primer disco como solista
al que también se le conoce como “Geografía” en el que incluye la canción “¿Que
Saco Rogar Al Cielo?” En su carrera previa con el Conjunto Cuncumén grabo
diversos temas del folklore chileno como “Cantos a la Virgen de la Tirana” y un
álbum de “Villancicos Chilenos”. En su tercer disco como solista en 1967
incluye la canción “Despedimiento del Angelito”. En 1973 saldrá editado su
disco “Canto por Travesura” en donde incluye “La Beata” proveniente del
folklore. En 1968 el uruguayo Daniel Viglietti graba el disco “Canciones para
mi América” en donde se incluye la canción “Cruz de Luz” conocida también como “Camilo
Torres”, esta canción también fue grabada por Víctor Jara, Viglietti en su
disco “Canciones Chuecas” editado en 1971 grabará “Que dirá el Santo Padre”
tema de Violeta Parra, posteriormente en 1973 grabara “Dios le Pague” compuesto
por Chico Buarque, en 1978 en un disco de grabaciones en vivo canta “El diablo
en el Paraíso” otra composición de Violeta Parra. En 1969 el argentino Héctor
Roberto Chavero Aramburo, mejor conocido como Atahualpa Yupanqui graba el disco
“Preguntitas sobre Dios” en donde incluye la canción con el mismo nombre,
grabada también por Angel Parra, Soledad Bravo y otros artistas. En 1974 el
venezolano Ali Primera en su álbum “Volumen 2” graba “No Basta Rezar”, grabada
también por Los Guaraguao, Gabino Palomares y otros artistas. En 1974 el
nicaragüense Carlos Mejía Godoy en su disco “Cantos a Flor de Pueblo” graba
junto con los Hermanos Duarte la canción “Cristo ya nació en Palacagüina” a la
que se le conoce como “El Cristo de Palacagüina”, grabada por Amparo Ochoa y
otros artistas. Carlos Mejía Godoy compondrá en 1975 la música de “La Misa
Campesina Nicaragüense” con letras de Ernesto Cardenal. Posteriormente en 1979
habrá una versión pop en España con Miguel Bosé, Sergio y Estibaliz, Ana Belén
y otros. Hay otra versión grabada en 2008 de Katia Cardenal con el coro Skurk
de Noruega. En 1978 el argentino León Gieco graba en su disco “Cuarto LP” la
canción “Solo le Pido a Dios”. Esta canción se ha convertido en un canto
latinoamericano y ha sido grabada por Mercedes Sosa, Tania Libertad, Víctor
Manuel, Ana Belén y más artistas. En 1980 el grupo salvadoreño Yolocamba I Ta,
graba en su exilio en México la “Misa Popular Salvadoreña”, desde su anterior y
primer disco “El Salvador, su Canto y su Lucha”, grabado ese mismo año en
Nicaragua ya se incluye “Con Farabundo y Romero” de la autoria de Luis Enrique
Mejía Godoy, dedicado a Monseñor Oscar Arnulfo Romero el Arzobispo de El
Salvador asesinado el 24 de marzo de 1980. En 1981 en su tercer disco “Canto a
la patria Revolucionaria” cantan “Homenaje a Monseñor Romero”. En 1987 graban “Canciones
para la Nueva Vida”, distribuida en tiempos de guerra por medio de las
Comunidades Eclesiales de Base. En el año 2000, en la conmemoración del XX
Aniversario de la muerte de Monseñor Romero, graban en El Salvador después de
su regreso del exilio el disco “Romero”, donde destaca la “Rumba a Romero”. En
el 2010 ya en el XXX Aniversario el gobierno salvadoreño del FMLN auspicia la
grabación de un disco conmemorativo en el que son excluidos Yolocamba I Ta,
Cutumay Camones y la Banda Tepeuani, los tres grupos más representativos y que
difundieron alrededor del mundo la guerra popular de liberación de El Salvador.
En México José de Molina grabo su sexto disco titulado “Salsa Roja” en donde
incluye la canción “Dialogo del Papa y Jesucristo”. Esta canción le resultó un
éxito en sus presentaciones pese a ser una mezcla de ironía y crítica, antes de
cantarla en cada presentación tenía que dar palabras aclaratorias ya que el 90
por ciento de los mexicanos son católicos y guadalupanos. En su posterior disco
“Contraconfesiones” graba “Cristiacomunismo” tratando de dejar en forma más
seria su postura ante la Iglesia, pero utilizando el mismo genero de salsa del
disco anterior. José de Molina antes de dedicarse profesionalmente al canto
tuvo una etapa actoral participando en Pastorelas, ya en su segundo disco “Testimonios
Rebeldes” había grabado la canción “Cura Guerrillero” dedicada a Camilo Torres.
Aunque nunca se le ha considerado dentro de la Nueva Canción al panameño Rubén
Blades, a pesar de tener una amplia discografía y una gran temática social en
sus canciones como “Plástico”, “Pablo Pueblo”, “Tiburón”, “Siembra”, etc. En
1984 en su álbum “Buscando América” junto a Seis del Solar graba su composición
“El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés” tema basado en el asesinato de
Monseñor Romero. En 1997 se edita la “Misa Cubana A La Virgen de la Caridad del
Cobre” compuesta y dirigida por Manuel Vitier, en ella Silvio Rodríguez cabeza
indiscutible de la Nueva Trova Cubana interpreta “Déjame Tomar Asiento”. En el
año 2004 el trovador mexicano Marcial Alejandro graba su tercer y último disco “Sin
Cruz”, en el se incluye su composición “Lío de Sotanas”.
La Nueva Canción Mexicana ha tocado poco el
tema de la religión salvo los ejemplos arriba mencionados y pequeñas partes de
canciones interpretadas y/o compuestas por Gabino Palomares , Amparo Ochoa,
Oscar Chávez y la nueva generación de trovadores, caso contrario de los grupos
chicanos que le cantan a la Virgen de Guadalupe. En 1978, en plena dictadura,
la Iglesia Católica chilena auspicia una Comisión y organiza en Santiago un
Simposium Internacional de los Derechos Humanos. El Cardenal Raúl Silva Henríquez encarga la composición
de una Cantata para ser ejecutada en el acto inaugural en la Catedral. “La
Cantata de los Derechos Humanos” o “Caín y Abel” con textos del Padre Esteban Gumucio y la
música de Alejandro Guarello e interpretada por el grupo Ortiga, un conjunto
coral dirigido por Waldo Aránguiz, un conjunto instrumental dirigido por
Alejandro Guarello y la narración del actor Roberto Parada. Esta obra fue
presentada en Lyon, Francia en 1983 y reestrenada en Alemania en 1998. En Chile
nuevamente fue presentada el 5 de mayo de 2001 falleciendo al día siguiente el
Padre Esteban Gumucio.
La música universal es previa a la Iglesia y
ésta se encargó de su dirección, desde los cantos gregorianos hasta todo el
patrocinio a los grandes músicos como Beethoven, Mozart, Bach, etc. Ahora el
control es de parte de transnacionales con la complicidad y censura de los
gobiernos y la bendición en muchos casos de la misma Iglesia. La Nueva Canción
Latinoamericana tiene un dilema y muchos retos. Pues lo más difícil es tomar
una decisión acerca de la ideología, lo urgente es la liberación de los
pueblos, testimoniar, sensibilizar y acompañar las luchas por la democracia en
la que se incluya en los hechos la libertad de creencias y culto. A veces lo ha
hecho con el consentimiento de sectores de la Iglesia como sucedió en Nicaragua
y El Salvador con altos costos para el propio clero como han sido los
asesinatos de Jesuitas y el propio de Monseñor Romero, las reprimendas y
regaños a Ernesto Cardenal no solo del Papa sino del mismo gobierno que deformo
al Sandinismo y hoy esta en el poder. A veces lo ha hecho con la incorporación
propia de los curas como ha sido en Colombia con Camilo Torres y Manuel Pérez
Martínez. A veces con el humanismo de la Teología de la Liberación y diversidad
de Padres ligados a una Iglesia-Pueblo. No se puede olvidar que la primera
guerra de Independencia en México fue iniciada por los Curas Miguel Hidalgo y
José María Morelos.
Desde hace tiempo se ha enterrado a la Nueva
Canción, como si se tratase de una moda, como si se tratase de un artículo de
consumo, como si se tratase de un ideal de juventud de rebeldía sin causa. Esta en un periodo de agonía, sufriendo la
partida de los grandes cantores de todo el continente latinoamericano, pero
resiste. No importa que nombre se le de en el futuro, que etiqueta se le vuelva
a poner. Tiene ahora experiencia en más de medio siglo recorrido. Mantiene su
creatividad se ha enriquecido y cuenta
con el empuje de la nuevas generaciones. Ciertamente la Nueva Canción carga una
cruz a cuestas pero tiene su resurrección y sobre todo tiene Fe, Esperanza y
Claridad.
Porque canto que ha sido valiente siempre será canción nueva.
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