lunes, 25 de agosto de 2014

ROBERTO GONZALEZ, JAIME LOPEZ, EMILIA ALMAZAN

DISCOGRAFIA
ROBERTO Y JAIME
SESIONES CON EMILIA

Roberto y Jaime sesiones con Emilia…

Jorge Buenfil

En 1977 me regresé de Monterrey en donde había estado trabajando por espacio de un año en la peña del Sapo Cancionero, llegué a la ciudad de México cayendo la noche y me trasladé a la casa de una amiga que había conocido en tierras regias y que me había invitado a quedarme en su departamento; el toc toc a la puerta y un recibimiento cálido de Chabe, (quien después sería mi compañera de vida y madre de mi adorada Daniela) que no me esperaba pero yo ya estaba allá en el umbral de la puerta y de su vida, estaban dos personas mas en la casa y sin duda algo celebraban, había vino y botanas, Cecilia Sheridan y Mario Diaz Mercado eran los otros amigos, la reunión se debía al nombramiento de éste último como director de la Productora Nacional de Radio y TV, tremendo puesto sin duda, platicamos y bebimos, en un momento dado Mario me pregunta: - Y ahora que vas a hacer –  y le contesto, -pues buscar chamba- Y me dice: - pues si quieres mañana mismo la tienes, necesito un jefe de fonoteca – y así empecé a trabajar en esta maravillosa institución donde aprendí muchas cosas e hice grandes amigos. Para 1979 ya estaba dirigiendo y produciendo programas de radio, haciendo locución en fin muy motivado con esto de la comunicación, ya para 1980 tenía al aire varios programas, algunos como productor y director y otros como locutor, había una de las transmisiones que me gustaba mucho porque invitaba a mis amigos músicos que había conocido en el tiempo de estar en la música, que por cierto no la dejaba a un lado, seguía en ella a la par de mi nuevo trabajo; el programa se llamaba: Solo para aburridos, el formato era muy sencillo, entrevista y presentación del material musical que producían compañeros que no tenían espacios en la radio comercial para promover su trabajo; en ese tiempo pasaron en este espacio muchos que después fueron y son fundamentales en la música popular de nuestro país, estuvo el grupo Luzbel, Tania Libertad (recién llegada de Perú) Guadalupe Pineda y muchos, pero muchos más. Un día salí a comer en las cercanías de la chamba; PRONARTE se ubicaba en los estudios Churubusco, enclavados estos en la colonia Country Club y muy cerca de Tlalpan, había en las inmediaciones infinidad de restaurantes; ese día me encontré en mi camino a un gran amigo que había conocido en los tiempos que trabajé en la peña del Nahual, en Coyoacán, 73/76  - Que onda Buenfil – me dijo a modo de saludo, - Que onda mi Jaime – fue el retache a su cálido gesto de amistad y nos enfrascamos en el:  ¿ Que es de tu vida? le platiqué de mis actividades y el me contó que estaba en un proyecto con Roberto González y Emilia Almazán, (amigos también de tiempo atrás),  ya que me dio detalles del mismo, pues lo que seguía era invitarlos a que fueran a mi programa de radio, y claro la respuesta fue positiva y pactamos la fecha y la hora. Llegado el día hicimos el programa de radio y tuve la oportunidad de conocer el material que estaban trabajando, las composiciones me parecieron maravillosas, me sorprendí mucho; de las cosas que me comentaron era que nadie los había querido grabar, habían tocado puertas y puertas y no habían tenido suerte, les dije: - Saben que… vamos a hacer el disco – hubo asombro de su parte y me preguntaron ¿Cómo?... pues resulta que yo para los años 80 estaba haciendo producciones para discos FOTON y por ahí se abría la posibilidad, les prometí verlo con la disquera y se llenaron de entusiasmo, me dieron un casete y les dije:  -Lo veo y nos comunicamos - …

Llevé el proyecto a la disquera, lo escucharon, vi caras de desagrado y finalmente me dijeron que no, les insistí con solidos argumentos y finalmente me dijeron, -Hazlo, pero bajo tu responsabilidad y solo te podemos dar X horas de grabación – no recuerdo cuantas horas eran, pero si, eran muy pocas, le hablé a los muchachos, les di la noticia y a la semana siguiente ya estábamos en el estudio: Roberto González, Emilia Almazán, Jaime López y su servidor, lo hicieron rápido, lo tenían muy ensayado y los tres son extraordinarios, finalmente lo logramos a pesar de los pesares. Se nos fue Roberto, pero nos dejó grandes temas, un legado muy importante, y por eso quise escribir este recuerdo, celebrando la amistad y la realización de un material que quedó para la historia, gracias, mi querido Roberto, que tengas buen viaje, gracias, Jaime, Gracias Emilia…


Publicamos este texto gracias a la cortesía de Jorge Buenfil

lunes, 11 de agosto de 2014

En Tepito, no todo es nota roja

Al contrario de las peñas folklóricas de esos años, la peculiaridad que tenía la Peña Morelos,  que así fue nombrada en su nueva locación en...