Distinguidos
miembros de la mesa: Jorge Gasca, Roberto Ponce, Sergio del Río. Compañeros y
amigos que nos acompañan esta tarde. Por motivos de un asunto de salud que debo
atender, no me fue posible acompañarles de manera física. Sin embargo, me
encuentro de todo corazón entre ustedes, ya que es motivo de celebración la
aparición de este libro, su divulgación y su discusión. En primer lugar, porque
soy testigo del intenso trabajo que ha significado, del cuidado y entusiasmo
que puso Jorge en el tejido de los diversos hilos que componen la vida de León.
En segundo lugar, como historiadora interesada en estos temas, aplaudo y
agradezco esfuerzos como éste, una
importante aportación a la historia popular y revolucionaria de los Siglo XX y
XXI mexicanos. Una felicitación muy calurosa a Jorge, quien aporta cabalmente
con este libro a esa historia, revelándonos importantes aspectos de la
construcción del sujeto popular revolucionario. Enhorabuena.
Comentarios al libro
“El cantor con el sol en el sombrero”,
de Jorge Gasca Salas
Abarcar
por medio de un libro la vida y la obra de León Chávez, me parece una empresa
titánica. Hay que tener a la mano múltiples hilos con los cuales tejer y
reconstruir una vida que pasó por algunos de los momentos más álgidos de la
historia mexicana; una vida que se despliega y se expresa en el ámbito
intelectual, estético, político y cultural.
Consciente
de la envergadura de este proyecto, Jorge Gasca decidió subtitular su libro
“canto épico y revolución”, retomando los conceptos tradicionales del cantar
popular, y de la lucha revolucionaria como motivo del canto.
Las
motivaciones que dieron forma a este libro, en palabras del autor, responden a
intereses de muy alta índole: situar la figura de León Chávez en su justa
dimensión histórica y política. A lo largo de mis investigaciones sobre la
canción de protesta mexicana, en el trabajo con la memoria de los cantores, he
encontrado que la mayoría de ellos, revelan en su memoria a dos figuras
inspiradoras y de influencia definitiva en su quehacer artístico y político. Me
refiero a Judith Reyes y León Chávez. Gracias a la cronología que construye
Jorge Gasca para el libro, podemos recorrer en la línea temporal de León, la
línea histórica de buena parte de la historia mexicana del Siglo XX.
Interesante, ya que en 1965, por ejemplo, Judith Reyes estaba cantando y
acompañando a los campesinos y maestros Chihuahuenses, con corridos de alta
calidad musical y contenido histórico indiscutible. Mientras tanto, en ese
mismo año, Teixeiro pintaba y se acercaba al cine, siempre con grandes
inquietudes por el canto y la composición. 1968 constituye el escenario
político y cultural para dos figuras que se encuentran entonces; Reyes y
Teixeiro, y fungirán, al lado del maestro Enrique Ballesté, como figuras
“mayores” de la protesta mexicana, frente a las nuevas generaciones emanadas
del movimiento estudiantil, como el grupo Los Nakos, y solistas como Óscar
Chávez, Gabino Palomares, Margarita Bauche, entre otros.
El
libro de Jorge nos abre un panorama fascinante y poco explorado en la historia
de León: La niñez, la adolescencia; el ambiente barrial y familiar; los inicios
de una politización basada en los desencuentros de clase que se viven en un
barrio cercano al Instituto Politécnico, un barrio obrero, popular, con la
cercanía del Colegio Militar que agudizaba las contradicciones de clase entre
los pobladores. Gracias a este panorama que Jorge reconstruyó, encontramos a un
León volcado en hacia la pintura, en una búsqueda personal y hasta cierto punto
solitaria. Las exposiciones y vivencias en el mundo de la pintura nos hablan de
los primeros pasos de un artista interesado en reflejar la urbe, la lucha de
clases y la vivencia descarnada de la “ciudad capital”.
Después
de 1968, León encabeza una comuna juvenil en Santa María la Ribera. Paso por
este momento rápidamente, ya que contamos con la presencia de uno de los
fundadores, Sergio del Río. Sólo quisiera subrayar, que Jorge supo tejer esta
etapa vital de León, uniendo los hilos
de la reflexión y la discusión política de corte marxista; la vida cotidiana
juvenil, el hambre de aprender (pero también de pan), los conflictos por la
economía, la organización del trabajo, la amistad y el estudio.
Vemos
cómo 1968 resultó ser un detonante para cantores como León, quien, en palabras
de su amigo Tony Peralta, “encontró público” para sus canciones; al mismo
tiempo, ese público encontró canciones pertinentes, necesarias, novedosas y
aguerridas para los tiempos que estaba atravesando nuestra sociedad.
Otro
de los momentos que deseo hacer notar de este libro, es el interés que puso el
autor en la crítica y reflexión de cada uno de los conceptos centrales del canto
de León. Este esfuerzo por conceptualizar, con una firme disposición a teorizar
el proceso creativo y político del sujeto histórico, nos habla de sus
intenciones como investigador, que no se detienen en lo meramente biográfico,
sino que incorpora un esfuerzo intelectual por desbrozar el campo ideológico
que alimentó las canciones y la estética de Teixeiro. Considero este como uno
de los más importantes aportes de Jorge como autor.
De
ahí que este libro sea una suerte de “manual” para pensar histórica y filosóficamente
la figura de Teixeiro. Jorge desarrolla con sumo cuidado la noción del “canto
revolucionario”, también entendido como “canto umbral” o “fronterizo” en el
sentido histórico. Esta postura para conocer la naturaleza de la obra
artística, denota un profundo conocimiento del contexto que permeó las ideas del artista, tanto del
período histórico, como de las ideas y debates que estaban en boga en esos
años. Es muy valiosa la aportación de Jorge en este sentido, al desplegar los
escenarios políticos, ideológicos e intelectuales en donde León discutía,
creaba, incorporaba e influía.
Otro
elemento conceptual que vuelve al libro una obra original y propositiva, es el
entramado que hace a lo largo de la vida del artista, de la noción de
revolución comunista (siempre cambiante y en conflicto), en donde lo
revolucionario es entendido como subversivo y lo subversivo como ruptura; esta
idea de ruptura está presente en la obra de León desde sus primeros proyectos
pictóricos, hasta sus más importantes canciones. Jorge liga coherentemente esta
idea de revolución a la idea del canto épico. Con el rigor conceptual que
caracteriza al autor, nos es posible comprender con sencillez los sentidos del
canto épico: tanto el literal, que narra las batallas diarias de hombres y
mujeres trabajadores; como el sentido Brechtiano. Sabedor de la fuerza de
Brecht en el pensamiento de Teixeiro, Jorge se propone un tejido fino entre la
estética y la poética y una postura claramente estético-política.
Estos
han sido los aspectos que considero, constituyen la columna intelectual del
autor; no es fácil narrar una vida tan rica y compleja como la de Teixeiro,
hombre que habla, declara, critica, canta, opina, trasciende. No es fácil, ya
que el autor no sólo mantiene una línea narrativa cronológica impecable en la
vida del artista, sino que también sostiene como autor, su propio pensamiento,
sus convicciones, denotando no sólo su admiración hacia el sujeto estudiado,
sino también su profundo compromiso como filósofo atento a los sucesos
históricos que han dado forma a nuestra sociedad actual.
No
me queda sino recomendar ampliamente este libro, producto de esfuerzo, estudio
y admiración. Lo recomiendo a todos quienes queremos y admiramos a León, para
llenar esas lagunas de su vida que desconocíamos, para comprender a cabalidad
la naturaleza profundamente subversiva de su obra, los sentidos nuevos que le
dio a emociones humanas como la solidaridad, el amor, la ternura, la ira, la
indignación.
A
quienes desconocen la obra de Teixeiro, siempre les he recomendado que
comiencen por escuchar su canto, su música, atiendan sus letras, las
situaciones en donde nos veremos reflejados, como en un espejo ineludible. Sin
embargo, a partir de ahora, recomiendo especialmente este libro a quienes no
conocen la obra y la figura de León, recomiendo que lo lean y no dejen de
escuchar su música, su épica y su poética que inevitablemente nos hará sentir
solidariamente involucrados, parte de una historia colectiva que construimos
todos, para un mundo más justo, más humano, en donde prevalezcan la hermandad y
la dignidad.
“El
cantor con el sol en el sombrero”, un libro obligado en las bibliotecas
escolares, familiares, universitarias, un libro tan necesario como el sujeto
histórico que retrata. Gracias nuevamente, Jorge Gasca, estoy segura de que
este será el inicio de un proceso de reflexión del arte y la cultura mexicanos,
que mucho enriquecerá nuestra comprensión histórica de los movimientos
artísticos libertarios.
Felicito
calurosamente al autor, a los estimados miembros de la mesa, a todos los
asistentes, muchas gracias.
Liliana
García Sánchez
27
de junio de 2018
Museo
Casa de la Memoria Indómita
CDMX
Publicado bajo la autorización de la autora
Felicidades a Liliana por sus agudas observaciones, a Jorge por realizar esta monumental obra en todos los sentidos y a ti querido Fernando por ese incansable trabajo de difusión que realizas de esta nuestra historia. Abrazos!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.
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