El espionaje mexicano:
el caso de los cantores en Juchitán durante el movimiento de la COCEI
(1973-1983)
Laura Beatriz Moreno Rodríguez*
A ti te dedico mi canto
Juchitán de las flores
Por tus hazañas heroicas
Que son luchas libertarias.
Tradición destacada
Es la lucha libertaria
Por Che Gómez, Roque Robles.
Un pueblo que nace libre
Un pueblo rebelde y recio
Es Juchitán de las flores.1
Este trabajo es el inicio de una investigación más profunda
en torno a la función y actividades que desarrolló la Dirección General de Investigaciones
Políticas y Sociales (DGIPS) —organismo que fungió como policía política— en el
periodo 1973-1983 con respecto a los músicos del canto nuevo en Juchitán de
Zaragoza, Oaxaca, durante la lucha de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil
del Istmo (COCEI). El archivo de la DGIPS contiene una gran gama de temas, los
cuales varían en función de la época que se consulte. En el caso de los años
setenta predominan investigaciones sobre grupos de izquierda, guerrillas,
sindicatos, exiliados, artistas e intelectuales, entre otros. Existe evidencia
de que durante la década de 1970 el gobierno mostró un particular interés por
registrar, vigilar y espiar a toda persona que desarrollara actividades
artísticas durante la efervescencia de diversos movimientos políticos y
sociales.2
Cabe mencionar que este tema surge en 2003, a raíz de mi
participación en el Proyecto para realizar una “Guía del Fondo de la Secretaría
de Gobernación, Sección DGIPS 1920-1952 y 1966-1973”; actualmente dicho fondo
se localiza en la Galería 2 del Archivo General de la Nación.
El papel de los artistas
en las luchas sociales en los setenta
A partir de la movilización estudiantil de 1968, entre los grupos
de izquierda se generó un replanteamiento sobre la función y objetivos que
debía tener el arte y la cultura en general. Fueron algunos jóvenes quienes se
dieron a esta tarea, “pues era imperativo adoptar una posición crítica
alrededor del arte y la cultura, lo que implicó en muchas ocasiones ahondar en
problemas políticos, sociales, económicos e históricos”, a decir de Cristina
Híjar.3
El México de esos años estaba sumido en un ambiente de represión,
conflictos dentro de la esfera política, hostigamiento, censura, persecución y
encarcelamientos injustificados, era el tiempo de la llamada “guerra sucia”.
Luis Echeverría, 4 junto con
algunos funcionarios, y utilizando el aparato de gobierno, encabezaba la
persecución de los jóvenes que se habían radicalizado después del movimiento
estudiantil de 1968.
Este uso del aparato de gobierno también fue llevado a las
zonas más pobres y marginadas en la provincia mexicana. Esta política conllevó
el crecimiento de los grupos guerrilleros existentes. Otros frentes de luchas sociales
se dieron a través de los sindicatos independientes, organizaciones populares y
estudiantiles, los cuales —al igual que los grupos armados— buscaron una vía para
el mejoramiento social del pueblo mexicano.
En este contexto, el papel de los cantantes de música de
protesta, canto nuevo o testimonial también llevó a su represión, persecución,
censura, exilio y muerte.
Cabe mencionar que este fenómeno socio-político y musical
invadió casi toda América Latina, debido a las dictaduras y gobiernos
antidemocráticos que había en Chile (Augusto Pinochet), España (Francisco
Franco), Argentina (Jorge Rafael Videla), Nicaragua (Anastasio Somoza) y México
(Luis Echeverría), entre otros países.
Uno de los objetivos de estos artistas fue la difusión de las
diversas luchas sociales que se estaban generando en varias partes del continente,
pues su objetivo primordial era denunciar y sensibilizar a la población sobre
los acontecimientos que sucedían en cada nación o bien dar testimonio de los
hechos, como muestra en su reporte del 13 de abril de 1971 un agente de la
DGIPS:
José de Molina y David Bañuelos —cantantes de protesta— en un
acto celebrado en la Preparatoria 2, atacaron la política de Luis Echeverría,
presidente constitucional de la República, afirmando que en México no hay
democracia.
David Bañuelos dijo: “somos víctimas del gobierno puesto que
no hay democracia en México, no somos libres de dar una opinión o expresarnos públicamente
sobre el gobierno, porque enseguida somos detenidos por la policía. Es por eso
que debemos unirnos como revolucionarios, tomemos como ejemplo a Cuba, Fidel
Castro, el Che Guevara, ellos son revolucionarios y han logrado su objetivo”.5
Sin embargo, al compartir estas ideas de lucha muchos músicos
se unieron a grupos políticos y artísticos de izquierda, con lo cual se
convirtieron en un objetivo a investigar. Mientras internamente nuestro país
vivía la “guerra sucia”, el gobierno mexicano abrió sus puertas a exiliados de
Latinoamérica, y entre ellos llegaron músicos provenientes de varios países de
nuestro continente.
¿Quién registra a los artistas?
La DGIPS se creó para funcionar como la policía política,
encargada de registrar y espiar las actividades de agrupaciones e individuos considerados
riesgosos para los gobiernos en turno. Estas investigaciones se dirigieron
tanto a nacionales como extranjeros.
Aunque en la actualidad no se cuenta con documentos que acrediten la fecha exacta en que entró en
funciones la DGIPS, se puede rastrear sus antecedentes entre 1918 y 1922.6 Sus funciones concluyeron cuando en
el gobierno de Miguel de la Madrid la Secretaría de Gobernación (Segob) anuncia
su desaparición el 21 de agosto de 1985, dando paso a la Dirección de Investigación
y Seguridad Nacional (DISN).7
Durante la existencia de la DGIPS los informes que registran
las actividades de artistas —músicos, pintores, fotógrafos, poetas— e
intelectuales se concentran en dos periodos, principalmente: el primero lo
encontramos desde el final de la década de 1920 hasta mediados de los años treinta.8 Otro momento
importante será entre mediados de la década de1970 y los primeros años ochenta.9
Los zapotecos y su
historia de lucha
Antes de definir la importancia de los músicos del canto
nuevo juchiteco en el contexto de la lucha social y su registro por la policía
secreta, es necesario explicar quiénes son estos personajes y de dónde
provienen. Juchitán se caracteriza por ser un lugar donde se han presentado
grandes luchas en contra de imposiciones que han traído consigo desigualdad
entre la población. Pero fue en el siglo XIX donde se desarrollaron las dos
luchas más importantes, que posteriormente, en el siglo veinte, pasaron a formar
parte del discurso político de la COCEI. En 1834 José Gregorio Meléndez defendió
los bienes comunales y llevó a efecto la recuperación de tierras. A finales del
siglo XIX y principios del siglo XX salió a la luz un nuevo líder, José F.
Gómez, quien ocupaba el cargo de jefe político interino en Juchitán y enarbolaba
las demandas de autonomía de la región frente al Estado, reparto de tierras y
el uso comunal de las salinas.
Por lo anterior, podemos observar que Juchitán ha sido un
pueblo esencialmente guerrero en busca del bienestar de su región, pues el
Istmo de Tehuantepec —lugar donde se asienta Juchitán— siempre ha sido codiciado
por los diferentes gobiernos debido a su ubicación geográfica; ya que resulta
relevante política y económicamente.
La COCEI surge en 1974, en la coyuntura donde ciertos
sectores de la sociedad exigían una mejor forma de vida, adquiriendo
rápidamente una base social y consenso entre la población juchiteca. La
importancia y el triunfo de esta organización se debe a dos factores: la
identidad étnica, pues su propuesta política reivindicaba el idioma zapoteco y
las tradiciones de esta etnia, y el rescate de su memoria histórica, por lo que
gran parte de la producción musical que se generó durante la lucha de esta
organización rescató a sus héroes históricos. Estos factores fueron
fundamentales para la identificación de los sectores populares con la
coalición.
¿Músicos del canto
nuevo juchiteco, preocupan al gobierno?
Los músicos de Juchitán que se dedicaron a hacer un canto
político y social provenían de familias de clase media y baja; algunos de ellos
no llegaron a terminar sus estudios de nivel básico y su contacto con la música
inició de forma lírica, mientras otros realizaron estudios en el conservatorio.
Entre los más sobresalientes están Hebert Rasgado, Israel Vicente, Gilberto Regalado
López (Fily López), Santiago Esezarte y Mario Esteva, por mencionar algunos.10 Todos ellos iniciaron sus actividades como cantantes
de protesta durante la lucha popular que entabló la COCEI a lo largo de casi 10
años, a decir de Fily López durante una entrevista en enero de 2007. Algunos de
ellos militaron o simpatizaron con la organización; pero también está el caso
de Hebert Rasgado, quien fuera representante de la célula del Partido Comunista
Mexicano en Juchitán.
Este movimiento musical tuvo dos etapas esenciales; el
primero se reflejaría en el contexto del surgimiento de la Coalición, donde la
represión fue una constante, por lo que los músicos se daban a la tarea de
componer rápidamente para denunciar los hechos acontecidos día a día, lo que
Jorge Velasco denomina “canto emergente”.11
Ahora sí querido hermano
vamos juntos a triunfar
con la planilla del pueblo
que impondrá su voluntad
marchemos firmes y unidos
nuestra unidad será ley
a obreros y campesinos
el pueblo con la COCEI.
Porque ha llegado la hora
que nuestro pueblo decide
a luchar firmes y unidos
todos con Polin de Gyves
porque tú ya le conoces
le vas a dar la razón
al candidato del pueblo
líder de la coalición.12
Pero será casi al triunfo de la COCEI que la música del canto
nuevo tomaría nuevos aires y se discutiría nuevamente la función de esta
música, llegándose a definir que tendría que ser más estética; novedosa en el uso
de instrumentos y ritmos, y con un toque poético, como menciona Hebert Rasgado
en una entrevista realizada en mayo de 2007: “En la música alternativa están
todos los ritmos que nos llegan de influencia, hay una etapa que nos llega de
la música afroantillana, específicamente cubana, y se hacen canciones como los cubanos.
Mucha de la ‘nueva trova zapoteca’ tiene referentes en la ‘nueva trova
cubana’”. Este cambio se entiende en un contexto donde el triunfo de la
coalición se veía cerca, por lo que era necesario hablar sobre una situación de
esperanza y cambio.
Cabe mencionar que la COCEI fue una de las organizaciones de
izquierda más importantes, debido a que en 1981 gana el Ayuntamiento Popular de
Juchitán, dándole el primer triunfo electoral a la izquierda en México. De ahí
la existencia de gran cantidad de informes realizados por agentes de la DGIPS
que registraron dicho movimiento, pues resultaba de gran interés para el
gobierno.
Para 1970 Manuel Ibarra Herrera era director de la DGIPS, y
en 1971 ocuparía el cargo Jorge A. Vásquez Robles,13 quien durante su dirección asignó
delegados estatales donde se registraba mayor actividad política. Para Oaxaca
fue nombrado el inspector Demetrio José Granja Martínez, responsable de coordinar
a los agentes en ese estado.14 Me parece importante mencionar que no
todos los agentes estaban adscritos a la dirección, por lo que muchas veces se
reclutó a civiles para que investigaran o espiaran los movimientos de las organizaciones
políticas.15 En este contexto, fue el agente que firmó con las iniciales MALC quien
llevó a cabo el registro de las actividades de los músicos de Juchitán; sin
embargo, en momentos de gran acción política se llegó a designar a once agentes
más.16
Los informes relativos a los “músicos de protesta”, así
denominado por los agentes, se encuentran incorporados en los registros que
documentan a la COCEI, y en ellos se menciona cuántos cantantes participan
aunque no logran identificarlos por su nombre, como se explica en el informe de
1977:
[…] ante aproximadamente 250 personas simpatizantes de la
COCEI, el líder de ésta, Carlos Sánchez López, hizo uso de la palabra invitando
a los ahí reunidos a no dar marcha atrás a su posición, señalando que la
asistencia debe ser constante para que el movimiento no se debilite, ya que el
Gobierno tendrá que reconocer su triunfo. Tres miembros de esta Unión Popular
COCEI-PCM con guitarras difundían canciones de protesta alusivas al movimiento.17
Mencionaré además que los músicos tradicionales se incorporaron
a este movimiento del canto nuevo con canciones populares, y la utilización de
instrumentos tradicionales terminó por cohesionar e identificar al movimiento,
que a su vez reforzó la identidad zapoteca. Así lo registra la DGIPS el 1 de
diciembre de 1980, durante un mitin en Juchitán:
[…] que la juventud el pueblo juchiteco y el mismo país los
iba a recordar siempre porque valientemente iban a defender un ideal como es el
de su Ayuntamiento Popular, finalizó diciendo que deberían de estar más unidos que
desde el día que se inició el movimiento cuando tomaron el Palacio Municipal.
Enseguida una banda popular de la Colonia Álvaro Obregón
integrada por 5 individuos tocó canciones populares causando regocijo y
entusiasmo entre los asistentes.18
Por otro lado, es necesario mencionar que estos reportes
hacen referencia a músicos de otros lugares que apoyaron al movimiento de la
COCEI. José de Molina, en su disco Salsa roja de 1979, incorporó dos canciones
de Mario Esteva referentes a la COCEI, que se titularon: Marcha a la Coalición
y Lorenza Santiago, como se muestra en el siguiente informe:
Por otra parte, también en la Casa del Lago estuvo presente el
cantante de música de protesta José de Molina para dar a conocer las canciones
de su nuevo disco “Salsa Roja”, en cuyas canciones hacían alarde de mucha
violencia en contra del Gobierno para mantener al pueblo dormido (esto no sólo
lo expresa en sus canciones, sino también en mensajes hablados).
Durante esta actuación se repartieron volantes firmados por
la COCEI en donde piden la presentación del desaparecido Profesor Víctor
Pineda.19
Es importante mencionar que sería conveniente revisar los
documentos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), para ubicar la probable
existencia de expedientes personales de los músicos, ya que la DFS realizaba el
trabajo de investigación de los movimientos y personajes más importantes de
esta época.
Los informes de la DGIPS permiten observar las actividades de
los músicos juchitecos, en qué eventos participaban, qué organizaciones los
apoyaban y qué luchas apoyaban ellos. Dentro de su contenido se describe la
hora, lugar y ubicación de los eventos, quiénes participan, cuántos asistentes
se reunían en estas actividades; y además se menciona el nombre de aquel que
toma la palabra en los mítines, como lo refiere un informe de 1979: “Hasta el
momento se encuentran en el Palacio Municipal 70 personas aproximadamente, donde
utilizan un aparato de sonido en el cual se oyen las melodías y canciones de
protesta e invitan al pueblo en general a que asista al mitin que efectuarán el
día de hoy a las 19:30 horas frente a este Palacio Municipal”.20
Podemos encontrar informes que nos dicen que estos músicos
estuvieron en Oaxaca, Puebla, Veracruz y la ciudad de México. Sin embargo,
cuando menciono que existía un interés del gobierno por registrar las actividades
de los músicos dentro de las movilizaciones políticas no sólo me baso en los
informes, ya que además existe un documento localizado en este archivo, y aun
cuando carece de fecha y título, proviene de la Secretaría Particular de
Echeverría.21 El documento refleja un análisis y la visión que el
poder tenía sobre la función de la propaganda política en distintos medios —gráfica,
escrita u oral—, así como la repercusión que tenía en la sociedad mexicana, por
ello describe estrategias para combatirla y hacer más eficaz la suya. Este informe
cuenta con un ejemplo sobre la “música de protesta”:
[…] se pudo lograr
rescatar propaganda subversiva consistente en libros, instructivos y folletos
sobre la técnica de guerra de guerrillas, así como un disco donde se hace un
llamado a levantarse en armas. Descubrimos este complot al rescatar un acetato
titulado Aquí está el Che, interpretado por la compositora mexicana Judith
Reyes. En otra interpretación, el mencionado disco critica acerbamente la
represión policíaca, manifestando una estrofa: que se sigan dando gusto, ojo
con los granaderos cuando empiecen a tirar, ora pueden darse gusto, pues poco
les va a durar […] La labor cumple perfectamente su cometido, ya que tratándose
de gentes de reducido nivel de cultura son presas fáciles para dejarse llevar
por los entusiastas párrafos populares, entonados con el sabor de la canción mexicana
e iniciarse en el proceso del terrorismo guerrillero[…]22
En relación con lo anterior se expresa la función y la importancia
que puede llegar a tener el lenguaje dentro de la propaganda política, según
menciona el inciso B de dicho documento. “Las ideas que obtienen mayor eco
—repetición labio a labio— son las que se difunden […]”.23 Por ello puede
entenderse la necesidad de registrar la música de protesta en contextos
políticos, pues el lenguaje fue un arma bastante efectiva tanto para el
gobierno como para los músicos. “Por un lado el eufemismo fue un mecanismo
eficaz de propaganda política contra el adversario, en este caso los
estudiantes. El lenguaje como arma”.24 Por otro lado, la música fue un
mecanismo que logró consolidar y difundir ideologías.
En función de lo expuesto, se puede plantear una posible
razón de que los músicos del canto nuevo de Juchitán fueran registrados por la
policía secreta. En esos años se estaba innovando y revalorizando todo el ambiente
artístico juchiteco, debido al contexto de lucha que se estaba presentando a lo
largo y ancho del país; y fue a partir de sus experiencias históricas que lograron
conjuntar su historia rebelde, tradiciones y lengua, lo cual se tradujo en una
música de lucha. Esto trajo consigo que la gente asimilara y entendiera el por qué
y la finalidad de la lucha de la COCEI, lo cual permitió que más sectores se
involucraran en la lucha, despertando con ello el interés del gobierno por dar seguimiento
a estas manifestaciones artísticas.
* Estudiante de maestría en el Instituto de Investigaciones
José María Luis Mora.
1 Fily López, “Un pueblo rebelde y recio”, canción recopilada
durante el periodo de entrevistas a los músicos en 2008 en Juchitán, Oaxaca. La
fecha de la composición se ubica a principios de la década de 1970.
2 Establecer qué tipo de material había y cuáles eran los
temas más recurrentes dentro del archivo de la DGIPS tuvo lugar a partir de mi
experiencia dentro del Proyecto “Guía del Fondo de la Secretaría de
Gobernación, Sección: Dirección General de Investigaciones Políticas y
Sociales”, donde participé en tareas de análisis, descripción y catalogación
durante seis años. El proyecto fue dirigido por la maestra Delia Salazar Anaya,
de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.
3 Cristina Híjar, Siete grupos de artistas visuales de los
setenta, México, Conaculta-INBA-Cenidiap, 2008, p. 15.
4 Al terminar el periodo echeverrista, quedaría en su lugar
José López Portillo, el cual siguió la misma política de erradicar a la oposición
política.
5 Archivo General de la Nación (AGN), Fondo Gobernación, sección
Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), caja 1266 A,
exp. 1.
6 Delia Salazar Anaya, “Introducción”, en Guía del Fondo de
la Secretaría de Gobernación, sección: Dirección General de Investigaciones
Políticas y Sociales, 1920-1952, México, INAH, 2004. 7 En 1948 nació la
Dirección Federal de Seguridad (DFS), por lo que la DGIPS y la DFS convivieron
en un momento determinado. 8 Para este periodo encontramos registradas las
actividades de los pintores David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Frida Kahlo y
la fotógrafa Tina Modotti, entre otros. Su registro se debe a que participaban
o pertenecían a partidos u organizaciones de izquierda, muchos de ellos
militaban en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y otros en
el Partido Comunista Mexicano
9 Encontramos seguimientos de gente como José Revueltas, el caricaturista
Rius, el cantante José de Molina y Judith Reyes. También se da seguimiento a
los institutos culturales de Cuba y Rusia, Casa de Cultura de Juchitán, cine clubs
universitarios, festivales de protesta, conferencias, exposiciones de pintura
de contenido social. También existe gran cantidad de material gráfico y cancioneros
de corte satírico sobre funcionarios de gobierno o sobre la represión.
10 Ángel y Felipe Toledo, Gonzalo Pineda, Macario Matus, Feliciano
Marín, Sandra Fernández, Alejandro López Santiago, Tacho López, David Cruz,
Víctor Manuel López Santos, Roberto López Santos, Hugo Pineda.
11 Jorge H. Velasco García, El canto de la tribu, México, Conaculta,
2004.
12 Composición de Mario Esteva (sin título), ca. 1981. Este tema
hace un llamado a votar por Leopoldo de Gyves durante las elecciones de 1981, y
finalmente hace referencia a su triunfo.
13 AGN, DGIPS, caja 2012 A, exp. 1.
14 Ibidem, caja 2007 A, exp. 2.
15 Ibidem, caja 2052 B, exp. 3.
16 Ibidem, caja 1636 A, exp. 2.
17 Ibidem, caja 1507 C, exp. 3.
18 Idem.
19 Ibidem, caja 1657 A, exp. 2.
20 Ibidem, caja 1507 C, exp. 3.
21 Ibidem, caja 2876, exp. 1, 41ff.
2 Ibidem.
23 Ibidem.
24 Jacinto Rodríguez Murguía, La otra guerra secreta. Los
archivos prohibidos de la prensa y el poder, México, Debolsillo, 2007, p. 69.
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